viernes, 11 de noviembre de 2011

EL OTOÑO III LA MONTANERA Y EL CERDO IBÉRICO


TAREA Nº 4:

EL OTOÑO III: LA MONTANERA Y EL CERDO IBÉRICO EN ANDALUCÍA.

ÁREA DE LENGUA

CONTENIDOS TEMPORALIZADOS

Segunda quincena de noviembre

- Lectura: La cuna. La higuera (Juana de Ibarbourou para niños. Ed. De la Torre).
- Vocabulario: Palabras primitivas y derivadas.
- Ortografía: Acentuación de diptongos, triptongos y hiatos.
- Gramática: Grados del adjetivo calificativo.
- Expresión escrita: Escribir pies de fotografías.
- Expresión oral: Interpretar imágenes.


CRITERIOS DE EVALUACIÓN

1.1. Lee los poemas iniciales de la unidad con la pronunciación, el ritmo y la entonación adecuados.
1.2. Analiza el contenido de los poemas, a partir de estrategias propuestas.
2.1. Conoce y distingue palabras primitivas y derivadas dentro de una lista de palabras.
2.2. Forma palabras derivadas a partir de una primitiva.
2.3. Indica las palabras primitivas de las que proceden una serie de palabras derivadas.
3.1. Reconoce palabras con diptongo y triptongo.
3.2. Explica el motivo por el cual ciertas palabras con diptongo llevan tilde.
4.1. Reconoce los hiatos existentes en una lista de palabras.
4.2. Acentúa correctamente palabras con hiato.
5.1. Reconoce y clasifica los distintos adjetivos de un párrafo o texto.
6.1. Identifica los diferentes grados en los que puede aparecer un adjetivo.
6.2. Reconoce las distintas formas en las que se puede graduar un adjetivo.
7.1. Escribe pies a las fotografías propuestas.
8.1. Comenta la información que aportan diferentes imágenes.


MÍNIMOS EXIGIBLES

- Leer y recitar adecuadamente poemas.
- Reconocer y saber el significado de los prefijos y sufijos cultos que se exponen.
- Distinguir entre palabras primitivas y palabras derivadas.
- Emplear con corrección la tilde en diptongos e hiatos.
- Reconocer las palabras que son adjetivos y el grado en que estos aparecen.
- Interpretar los pies de las fotografías.
- Expresar oralmente la información de imágenes propuestas.




ACTIVIDADES:
LECTURA COMPRENSIVA:
LA MATANZA DEL CERDO

Era un 3 de noviembre de los años 60, día de san Martín, y me encontraba con mis papás en Arcos de la sierra (pueblo de mamá).

En aquellos años, la matanza del cerdo para el consumo familiar, era uno de los acontecimientos más íntimos y significativos entre las familias. A la que solo se invitaba a familiares y amigos.

La víspera las mujeres se ocuparon de los preparativos: cocieron la cebolla en grandes calderas de cobre, para hacer las morcillas al día siguiente; cocieron pan, rosquillos y mantecados en el horno del pueblo; prepararon las especias y plantas aromáticas para la elaboración de chorizos y morcillas.

La primera faena de los hombres, consistió en encender una buena hoguera en la cocina de fuego bajo. A continuación reunidos con el matarife y con cuchillo o gancho de hierro en mano se dirigieron a la corte del cerdo y le hicieron salir enganchándole los ganchos en orejas y rabo y entre gruñidos y algarabía de los chicos el cerdo fue directamente a la mesa del sacrificio y se le dio muerte clavándole un cuchillo en el cuello y dejándole salir toda la sangre a un barreño, que después llevaron a las mujeres para que hicieran las morcillas. Posteriormente con aliagas secas se chamusco el pelo y se lavó con esmero y después se descuartizo.

A media mañana se preparo un almuerzo asando el rabo para los chicos y a los hombres las orejas y como a mi, lo del rabo no me hizo mucha gracia, me cobije en los brazos de papá y yo comí oreja ¡que rica ¡.

Para la comida las mujeres prepararon gachas (plato típico de la serranía conquense que se elabora con harina de almortas , tocino, hígado, pimentón, ajos y especias) en grandes sartenes que pusieron en la lumbre baja y una vez cocidas, todos alrededor de la sartén con cuchara y pan en mano fuimos dando buena cuenta de ello y como es natural los mayores se quitaban la sed con el vinillo de la tierra, también se mezclaban con pepinillos y guindillas en vinagre , tras las gachas se comía la panceta frita.

Terminada la comida los hombres siguieron despedazando el cerdo, se picaron las carnes y las mujeres hicieron las morcillas y chorizos, que después se colgaron en la cocina en un palo próximo al techo, para que el calor del fuego los fuera secando.

Cuando se terminaron todas las faenas y hasta la hora de cenar se hizo una pequeña fiesta, tocando papá la guitarra y el tío Pepe cantando jotas serranas.

Para cenar las mujeres hicieron judías pintas cocidas en puchero de barro a fuego lento y después de cenar a dormir, pues en aquella época en arcos no había luz eléctrica y había que encender candiles

  1. ¿Porqué fechas se realizaba la matanza?
  2. ¿En qué consistían los preparativos de los días previos a la matanza?
  3. ¿Qué alimentos formaban parte del almuerzo?
  4. ¿ Qué platos típicos eran los que se elaboraban para la comida?
  5. Comenta el papel del hombre y de la mujer en este acontecimiento.
  6. ¿Quién piensas que tenía más trabajo en estos días?
  7. ¿Piensas que tendría una gran importancia la matanza para el sustento del año?



EXPRESIÓN ESCRITA: LA MATANZA DEL CERDO Y LA ELABORACIÓN DE EMBUTIDOS.
Guión:
  • En que consiste esta tradición.
  • Proceso.
  • Tipos de embutidos y subproductos.
  • Modo de elaboración: Chorizo, morcilla y salchichón.
  • Opinión personal.

VOCABULARIO:
  • Ejercicios 1, 2 y 3 del libro de texto.

ORTOGRAFíA:
  • Ejercicios 5, 6 y 7 de la pág. 51.
  • Dictado de esa misma página.

GRAMÁTICA:
  • Ejercicios de la pág. 52 y 53 de la unidad.




ÁREA DE CONOCIMIENTO DEL MEDIO:

CONTENIDOS TEMPORALIZADOS

Primera quincena de noviembre

- Los ecosistemas y sus elementos. Tipos de ecosistemas.
- Adaptaciones de los seres vivos y tipos de adaptaciones.
- Relaciones alimentarias en los ecosistemas. Seres productores, consumidores y descomponedores.
- Otras relaciones en los ecosistemas: agrupaciones y sociedades (entre seres de la misma especie) y parasitismo, comensalismo y mutualismo (entre seres de distinta especie).
- Clasificaciones y descripciones de los elementos de ecosistemas.
- Descripciones orales de información en láminas y dibujos.
- Valoración de las plantas como seres productores de alimentos y base de las pirámides tróficas en casi todos los ecosistemas.


CRITERIOS DE EVALUACIÓN

1.1. Desarrolla la curiosidad por conocer las características de los ecosistemas.
2.1. Define ecosistema, identifica los elementos que lo forman y los clasifica según el medio físico en el que se presentan.
3.1. Define adaptación e identifica adaptaciones corporales y adaptaciones de comportamiento.
4.1. Define y ejemplifica seres productores, consumidores y descomponedores.
4.2. Identifica y caracteriza distintos tipos de consumidores.
5.1. Identifica y nombra distintas agrupaciones y sociedades de animales de la misma especie.
5.2. Describe las ventajas para los seres de la misma especie que forman agrupaciones o sociedades.
6.1. Define y ejemplifica parasitismo, mutualismo y comensalismo.
7.1. Desarrolla técnicas para memorizar, organizar y relacionar la información, y para autoevaluar el avance en el aprendizaje.


MÍNIMOS EXIGIBLES

- Elementos de los ecosistemas y tipos de ecosistemas.
- Ideas de adaptación corporal y adaptación de comportamiento. Identificación de adaptaciones de seres vivos.
- Caracterización e identificación de los tres tipos de seres vivos de los ecosistemas: productores, consumidores y descomponedores.
- Descripciones orales de información en láminas y dibujos.
- Valoración de las plantas como seres productores de alimentos y base de las pirámides tróficas en casi todos los ecosistemas.

EL ECOSISTEMA DE LA DEHESA EN ANDALUCÍA

Actividad: Busca información sobre la dehesa en Andalucía y la cría del cerdo ibérico en montanera.

LOS ECOSISTEMAS Y SUS TIPOS
ACTIVIDADES:
  • Busca en el diccionario: Coral, biodiversidad, crustáceo, equinodermo y redes de arrastre.
  • Busca dos definiciones de ecosistema.
  • Busca en herramientas de autor un ejercicio en Jclic, sobre los ecosistemas y el medio ambiente.
  • Resume los ecosistemas y sus tipos.
  • Investiga dos ecosistemas de tu localidad.
  • Actividades de refuerzo y aplico lo aprendido pág. 47 de tu libro de texto.
  • Actividades de la pág. 49 del libro de texto.




Composición aproximada de la basura:

EL TALLER DE JABÓN:
Experiencia casera:

- Ten en cuenta las medidas de seguridad.
  • Realiza el taller en compañía de un progenitor.
  • Ten en cuenta la fórmula que viene en el enlace y anótala en tu cuaderno.







MATEMÁTICAS

LA DIVISIVILIDAD


CONTENIDOS TEMPORALIZADOS

Primera quincena de noviembre

- Obtención de los múltiplos de un número.
- Cálculo del mínimo común múltiplo de dos números.
- Búsqueda de los divisores de un número.
- Los números primos y los números compuestos.
- Los criterios de divisibilidad de los números 2, 3, 5, 9 y 10.
- Cálculo mental: multiplicar o dividir entre 25.


CRITERIOS DE EVALUACIÓN

1.1. Utiliza la multiplicación o la división para obtener los múltiplos o los divisores de un número.
1.2. Averigua si un número es múltiplo o divisor de otro.
1.3. Utiliza las expresiones «es múltiplo de» y «es divisor de» para expresar la relación existente entre dos números cuyo cociente es exacto.
2.1. Calcula el mínimo común múltiplo de dos números.
3.1. Halla los divisores de un número dado (números sencillos).
4.1. Construye la serie ordenada de los primeros múltiplos de un número.
4.2. Calcula los múltiplos de un número que cumplen unas condiciones dadas.
5.1. Identifica un número primo como aquel que solo tiene como divisores a sí mismo y a la unidad.
5.2. Identifica un número compuesto como aquel que tiene más de dos divisores.
5.3. Reconoce si un número dado es primo o compuesto calculando sus divisores.
6.1. Reconoce, aplicando el criterio de divisibilidad oportuno, si un número dado es divisible entre 2, entre 3, entre 5, entre 9 o entre 10.
7.1. Resuelve problemas de múltiplos y divisores.


MÍNIMOS EXIGIBLES

- Reconocimiento de la relación de divisibilidad entre dos números (mediante la división).
- Expresión de las relaciones de divisibilidad.
- Obtención de algunos divisores de un número dado.
- Obtención de algunos múltiplos de un número dado.
- Cálculo del mínimo común múltiplo de dos números.
  • Resolución de sencillos problemas relacionados con la divisibilidad.
ACTIVIDADES:

- Ejercicios 1,2 y 3 pág.50
  • Elabora tablas de múltiplos del 1 al 11.
  • Ejercicios sobre números intrusos: 8, 6, 12, 31, 24, 16, 14...
  • Problemas sobre múltiplos de un número.
  • Cálculo mental: múltiplos y divisores.
  • Mínimo común múltiplo y Máximo común divisor.
  • Actividad nº 1, 3, 5 y problemas: 7, 8 y 9 de las págs: 52 y 53.
  • Criterios de divisibilidad por dos, tres, cinco, nueve y diez. En el ejercicio
    nº. 3 de la pág. 56 del libro de texto.
  • Actividades Jclic.
  • Banco de problemas.
    Ensalada de problemas.
    Accede a los diferentes problemas pinchando en los enlaces.
    • De rebajas: La señora Gómez no sabe si podrá comprar unas prendas en rebajas.
    • La Capilla Sixtina: La familia de Lucía realiza una visita a la ciudad del Vaticano.
    • El termómetro. Calcula la variación de temperaturas en un mismo día.
    • La siembra. Calcula el importe de las semillas.
    • MP5. Calcula las canciones que pueden entrar en el MP5 de Luis.
    • Las novelas. Cada noche, Rosalía lee un ratito antes de dormir.
    • Huevos y leche. Compra mensual en el supermercado.
    • Medir distancias. Usa el sistema métrico decimal para averiguar los recorridos.

ÁREA DE PLÁSTICA.

CONTENIDOS TEMPORALIZADOS

Segunda quincena de septiembre, mes de octubre, mes de noviembre y primera quincena de diciembre

- Figura humana. Personajes representados en las obras de arte. Interpretación de algún personaje. Imitación del coloreado de la figura humana presente en las obras de arte. Troquel de Navidad.
- Animales. Composición de un papagayo mediante el recortado y pegado de cada una de sus formas. Observación de las formas esenciales de un elefante. Trazado y coloreado de las formas esenciales de una perdiz. Uso de la cera blanda en el coloreado de un camaleón. El perro como animal de compañía de los personajes en una obra de arte. Troquel de Navidad.
- Plantas. Trazado y matizado de frutas. Sombreado de flores con lápiz de grafito. Coloreado y sombreado de las plantas y árboles en un paisaje.
- Objetos. Edificios en los paisajes. Coloreado de objetos en las obras de arte. Sombreado de los objetos en los bodegones. Coloreado de bodegón con témpera. Troquelado de un funicular. Troquelado de un belén.
- Paisaje. Trazado y coloreado de una casa de campo. Coloreado de las sombras generadas por el foco de luz en un paisaje.
- Creatividad. Versiones de Las meninas. Composición con tramados de color. Paleta de colores. Construcciones.
- Arte y cultura. Las meninas, de Velázquez, versión de un personaje. La guardería, de Albert Ankerl, imitación del coloreado.
  • Mis competencias. Organizo mis materiales: selecciono papeles diferentes.
    ACTIVIDADES:
  • Marcapáginas de la Navidad.
  • Dibujos sobre la matanza del cerdo.
  • Paisaje de una dehesa con cerdos ibérico.


















ÁREA DE INGLÉS

- Meat In Britain

by Helen Gaffney

British meat, and beef in particular, was once the envy of the world although this is hard to believe in these times of BSE. For flavour and quality there was none so consistently good. An unknown eighteenth-century visitor from the Continent found that our ox, calf, sheep and swine (today's beef, veal, lamb and pork) were of "unsurpassing fatness and delicious taste, either because of their excellent pasture consisting of nourishing sweet-scented hay, or, owing to some way of fattening ... known to their butchers alone".
In fact, until the mid-eighteenth century our cattle were not especially fat but small and tough. It was largely due to the work of one single man, Robert Bakewell of Loughborough, that our beef became such a splendid example of fine-boned meatiness. Bakewell's breeding experiments were followed by more work, this time on the Aberdeen Angus, by a Victorian farmer-drover, McCrombie of Tillyfourie. He was responsible for the fame of this great beef breed and the result was that Britain became the stock-market of the world.
But long before the days of Queen Victoria and her beef-breeders, the British had been renowned as a nation of colossal meat-eaters. Although today we eat less than 225g (1/2 lb) of beef per head each week, there was a time when the Englishman was advised, for his health's sake, to consume not less than 3 kg (6 lb) of meat per week, with 2 kg (4 lb) of bread and a daily pint of beer. Dr. Kitchiner, author of this hefty diet, which appeared in the 'Cook's Oracle of Health' was not over-estimating the British appetite of 1817.
In those days meat was cooked in huge pieces, carefully balanced on a revolving spit before a glowing fire. The joints had to be large or they would have dried out long before they were cooked. Besides, houses with large fireplaces were generally inhabited by very large households who could do more than justice to large joints of meat - one of 5 kg (10 lb) was called a Tom Thumb joint in an early cookery book.
Spit-roasting was an ancient art. The joint was treated with great respect, basted and dredged with flour continuously in front of the much-tended fire. It would then go up to the table where the carver would give the choicest cuts to the master and his favoured guests, while the less juicy pieces would be sent further down the table to those who 'sat below the salt'. In Tudor times, this term was literally true, less well-born guests sitting well down the table beyond the salt cellars.
I
n less well-to-do houses, fireplaces were economically small for, while meat was cheap and plentiful, fuel was expensive and hard to come by. So the poorer families, when they had a piece of meet to be cooked, would stop by at the baker's on their way to church on Sunday morning and put a large joint in his brick oven, empty and cooling, since bread was not baked on Sundays. The service was often tediously long, but the joint was large enough to hold its succulence and the family could depend on bearing home a beautifully cooked Sunday lunch.
These Sunday joints, ancestors of today's weekend feasts, were often destined to last all through the following week; hot on Sunday, and then reheated or cold in endless succession through the next five or six days, in hash, bubble and squeak rissoles and cottage pie.
Even thirty or forty years ago there were still many households whose nightly suppers consisted solely of cold mutton, beetroot in vinegar and the pickle jar, followed by cheese and the biscuit barrel. In middle-class households this meal would be laid out on lace mats, with shining silver, but what an ineffably dreary occasion it was on the whole.
Nowadays, although we still cling to the comfortable notion of a Sunday joint, our ovens are designed to cook small pieces of meat to perfection, so the burden of eating reheated meat has been largely removed and small joints can appear on the table in top condition and disappear in a single meal. This means that we can have fresh meat, braised, grilled, stewed, fried, or boiled, during the week and enjoy different cuts, differently treated, as often as we like.
There are all sorts of interesting cuts which a good butcher can prepare for you if you give him a day's notice. Ask for a Guard of honour - two best ends of lamb joined back to back - their neatly trimmed bones crossed at the tips, like swords at a military wedding. Or a top-rib of beef for braising - or griskin of pork, the loin of a large bacon pig with the fat and chine-bone removed. It is true that from Marlborough westwards through Calne and on to Stroud and the South Midlands, lies good pig country and in this area bacon factories abound, and pork-butchers too. Here it is possible to find home-made faggots and pork pies, salt-pork, cooked trotters, creamy freshly made lard, crackling by the quarter, pig's head brawns and excellent fresh pork.
Further west and into the hill-country of Wales, lamb is the thing. In late spring, the legs of lamb, slender and small, are exceptionally sweet and light and the shoulders have a tender melting quality found in no other country. Queen Victoria would eat no other. However, as the poacher's poem says:
The mountain sheep are sweeter,
But the valley sheep are fatter;
We therefore deemed it meeter
To carry off the latter.

Fatter sheep come from Sussex and Kent and the low-lying salt-marshes. It is said that the salt gives a most particular flavour to the lambs that graze these windy marshes and certainly the local lamb of the area is excellent.
On the other hand, British veal in the recent past has fallen into something like disgrace. Ever since the Second World War, calves have been badly reared and their meat is dry and grey and very expensive. In addition the rearing process is considered nowadays to be very cruel. The result is that veal is almost never eaten in this country today, although it was, up to Edwardian days, a great favourite.
I
t is possible that things may change. Your butcher would be pleased to advise you. If he is someone who cares about his customers and the quality of his meat, you can safely ask him which cuts to buy for which purpose. Then with the basic rules of simple British meat cookery in your head, you will be able to make delicious dishes out of virtually any bit of any animal. For once you understand the art of braising, you can braise a pig's ear as easily as a piece of topside. It may not turn out to be silk purse, but like so many of the lesser known cuts of meat, it will repay the trouble by being tasty and quite different in character from anything else.






Curing A Ham

by Helen Gaffney

Fresh pork, because of it was thought to have doubtful keeping qualities in the days before refrigeration, used to be largely ignored by middle-class families. They relied more heavily than we do now on the charms of veal to give them variety. However, no gentleman's table was complete without a great ham with a large paper frill round its bone.
The niceties of curing and dressing hams were known to every good housewife - she had to rub the ham with salt and brown sugar and lay it in an earthen crock with more salt, black treacle, saltpetre (which gives it its lovely pink colour) spices and sometimes ale or cider over 3 to 5 days. It had to be turned and inspected and finally hung up to dry and smoke inside the big kitchen chimney, then stored, wrapped in a cloth, until it was needed. When the time came to cook the ham it had to be soaked for up to a week to relieve it of its preserving salt. Then it had to be cooked, skinned, crumbed, cooled - and at last was ready for slicing.
Although few people cure ham at home today, there are still a number of different cures going strong in this country. Of the more traditional there are York hams, famous all over the world - firm, mild, pink and succulent; Bradenham, black-skinned and deep red in colour, cured in black treacle and full of flavour and Wiltshire which is cured with bacon and is therefore, strictly speaking, gammon. This keeps less well and is milder than other hams.
Of course there was and is more to a pig reared for bacon than a couple of hams and since nowadays even the hams are cut into small joints after curing, it is as well to know what the mysterious names of such cuts as corner gammon and gammon slipper actually mean. Although the names and cuts vary slightly from district to district, it is as well to know which cuts are most suited to different cooking methods.

Frying and grilling ham or gammon

I

f the slices of uncooked ham or gammon are salted (you will find out by asking the grocer or assistant but nowadays with light commercial cures and brine-injections this is becoming increasingly rare) soak them briefly in cold running water; 15 minutes will be enough.
Dry the slices by patting them with folded kitchen paper and cut off the rinds with kitchen scissors. Nick the edge of the fat here and there to keep it flat. Fry or brush with oil and grill.
A thick rasher of gammon or ham will take about 5 minutes on each side. Take care not to overcook it or it will become dry. Serve with a mustard and cider sauce  or with parsley sauce  and mashed potatoes.

Braising or stewing gammon

Although not strictly suited to braising, gammon joints or pickled pork from the fattest parts of the pig are essential to the long slow process of turning beans or lentils into a creamy and delicious mass. They absorb the fat gradually and lose their stringent dryness of texture.
Soak flank, belly or hock in cold water for a couple of hours before placing in the middle of the pot of beans or lentils, previously soaked, and cover with water.
Complete the flavouring by adding an onion stuck with cloves and a bayleaf or two and cook slowly at 170 ºC / 325 ºF / Gas 3 for several hours.

Boiling gammon or ham joints

All gammon joints should be boiled for at least part of their cooking time.
They will first need soaking, then boiling for 15 minutes per 450g (1 lb) and only then, minus their rind and coated with a lovely rich glaze, are they ready to go into the oven.
As the joints increase in size, so they need fewer minutes in the pot for every 450g (1 lb).
The chart below will help you whatever the size of your joint and these can vary from 450g (1 lb) or so up to 9 kg (20 lb) or even more for a whole gammon:

Frying bacon

The best bacon for frying is undoubtedly smoked bacon. Look for the rich russet brown of the rind and a more rosy pink to the meat than in green (unsmoked) bacon.
Choose back or streaky cut thick or thin but always take bacon with fresh-looking white fat - buy not more than a week's supply at once and keep it in a plastic container in the refrigerator.
When you decide to fry the bacon take up the kitchen scissors and cut off the rinds - not the fat which provides the lubrication, just the rinds.
Put a teaspoon or two of oil or a nut of lard in the frying pan, heat it through then put in the bacon rashers and fry fairly briskly, turning once or twice until the fat is an appetising brown.




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